5/7/16

UN EJEMPLO A SEGUIR



Todos los que me conocéis tenéis claro cual es mi opinión acerca de los clubs moteros que tan prolíficos se muestran últimamente. Pues bien, desde hace algún tiempo, coincidiendo con la llegada de La Peque, ruedo con uno de esos grupos que tienen la misma idea que yo a cerca de cómo vivir esta pasión que compartimos.  
 Se trata de un variopinto grupo de personajes, más cerca de la tercera edad que de la adolescencia, (¡pero todos guapos y bien conservados!), que organizan una salida mensual para hacer kilómetros y confraternizar con quienes entran en su foro.

Se hacen llamar “Old Biker Asturias”. No es que sean todos ancianos, las nuevas generaciones también están presentes, pero la mayoría llevan un montón de kilómetros a sus espaldas. De ellos he aprendido muchas cosas. Les dejo hablar cuando se reúnen y escucho atentamente mientras cuentan historias de viajes y rutas pasadas. Me río cuando, como los viejos pescadores exageran sobre sus hazañas,  y les sigo por las carreteras mirando como trazan unos y otros, como manejan sus monturas y trato de sacar una enseñanza de cada giro, de cada frenada…

Poco a poco he ido sabiendo más de ellos. Son veteranos en esto de los grupos, llámense Clubs o asociaciones, o Moto clubs. La mayoría han pertenecido a uno o a varios de ellos y por diferentes motivos han acabado alrededor de un foro diferente. No por el foro en si, si no por su manera de pensar en como organizar a un grupo de personas que comparten una pasión. De modo, que mientras rodaba con ellos fui tomando notas de sus comentarios, de sus opiniones y de su filosofía. Me decidí a escribir sobre ello, porque es casi calcado a lo que llevo defendiendo desde hace muchos años. Para nosotros la moto es una afición. Una manera de pasar el tiempo libre y olvidar los sinsabores de la vida. No entendemos que esa pasión llegue a transformarse en una obligación. En mi caso, intento que ese tiempo de relax no llegue a convertirse en un problema. Y al parecer hay más gente que opina lo mismo. Cape y Balta tenían esa idea y dieron forma a lo que, en estos días, cumple tres añazos. Por ese motivo, los administradores reunieron, el pasado día 3 de Julio, a sus foreros en el Chiringuito de Arriondas, lugar considerado prácticamente por todos ellos como la sede no oficial del, ¿club?. En realidad, me dice Cape, el aniversario es en Abril, pero viviendo en Asturias, una reunión al aire libre en el mes de las lluvias puede acabar en una fiesta de sirenas. Por eso se suele hacer en estas fechas.

Una vez al año, al cumplirse el aniversario de su fundación, se reúnen para hacer una jamonada todos juntos. Es tiempo para verse, para conocer a las nuevas incorporaciones al foro y en definitiva para charlar de lo que nos une. Yo aproveché ese momento para compartir con Cape  todo lo que había estado observando. Solo pretenden  rodar. No hay presidentes, ni secretarios, ni tesoreros, ni cargo alguno. Solo administradores del foro. Foro que esta patrocinado por algunos negocios, la mayoría ya son  amigos, con una cantidad de 50 € al año. Con ello pagan a la persona que mantiene el foro y el resto del dinero se guarda para gastar en esa reunión anual. Se compran  jamones, queso, chorizo, pan y se hacen unas tortillas. Las bebidas corren por cuenta de cada individuo y de esa manera la reunión también  repercute en beneficio de El Chiringuito, lo que me parece una muy buena idea. Soy partidario de ayudar a los amigos que siempre están ahí para lo que necesites, y este es el caso de Bea y la Escuela Asturiana de Piragüismo, que es donde se ubica El Chiringuito.

La reunión salio bastante bien. Hubo quienes quedaron para rodar un poco antes de pelearse con el jamón, y quienes fuimos directamente al lugar del encuentro. Allí ya estaban Balta y Cape cortando y preparando la mesa para cuando llegara el grueso de la tropa. Todo el mundo colaboraba, incluso el sol hizo acto de presencia contribuyendo a que la jornada fuese todo un éxito. La charla se prolongaba alrededor de las diferentes mesas creando un ambiente relajado muy acorde con su filosofía de grupo.

En ese tiempo de sobremesa fui conociendo al resto de los integrantes del OBA. Aquellos que por circunstancias no había tenido el placer de conocer en las pocas ocasiones que he compartido ruta con ellos. Conocer gente es siempre muy gratificante y al final del día pude recuperar algunas historias que quedaran para siempre en mi recuerdo.
Fue, en definitiva, un gran día. Buena comida, buena gente y sol, mucho sol.











Tengo que agradecer a los diferentes fotógrafos que me permitan utilizar sus fotos. Algunas de ellas muestran el autentico espíritu de este grupo






Después de atendernos de forma impecable, las chicas del chiringuito se toman un merecido descanso






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