25/11/08

Al partir

Parece que la vida no da tregua. Pasé mucho tiempo preparando mi desembarco en Asturias. Desde que marchamos de aquí, he oído a mis padres hablar de esta tierra con mucho cariño. Cada año tenía más claro que lo que de verdad me apetecía era terminar mis días en ella

Después de un pequeño sustito que cambio el orden de mis prioridades, encamine mis pasos hacia ese destino. Deje lo que hacía, vendí mi casa y crucé pajares para establecerme en la tierra de mi padre. Todo era tranquilidad. Pude descansar del estrés que supone la competitiva vida de Madrid y comenzar, ruta tras ruta, a conocer cada rincón de la tierra donde nací. Eso me llevo a conocer a un grupo de gente con la que aprendí a compartir kilómetros y a disfrutar de la compañía. Viajes cerca y lejos, rutas cortas y largas fueron ocupando mi tiempo de ocio hasta tener la necesidad de compartir esas experiencias con los demás. Conocida es mi ignorancia en lo que a temas informáticos se refiere, pero haciendo un esfuerzo, logré abrir este blog para dejar constancia de cada uno de esos viajes. Quería que todo el mundo pudiera disfrutar de ellos aun sin haber estado.

Todo iba bien, pero la vida me tenía reservada alguna que otra sorpresa. Las relaciones se enfrían, hacen su aparición las decepciones y para acabar de matar la ilusión, resulta que Asturias no necesita de profesionales cualificados. El resultado es que tres años después de comenzar una nueva vida, me veo en la decepcionante obligación de volver al caos. Madrid, muy a pesar mío, es uno de los pocos lugares donde la experiencia y la profesionalidad se tienen en cuenta.
Mientras todo el mundo se prepara para las Navidades, un año más, estas fechas vuelven a darme una bofetada. A poco de marchar y sin esperanza de que se arreglen las cosas, abandono el proyecto de “Toda una Aventura”. No sé cuanto tardaré en viajar de nuevo, ni siquiera si voy a volver a hacerlo. Pero lo que si se es que aunque vuelva, no tendré la misma ilusión. Sé que me espera el aburrimiento, el agobio y la depresión, y no van a contribuir a despejar este sentimiento los recuerdos que dejé plasmados en este blog. A día de hoy no sé si lo destruiré o lo dejaré abierto como prueba del fracaso de una aventura. Por eso, a quienes habéis tenido la consideración de leer las crónicas de mis viajes, os lo agradezco, y os pido que me disculpéis si no me da por escribir de nuevo en este sitio.

Disfrutad de la tierra que os rodea. No sabéis lo suerte que se os a concedido al poder vivir en ella. Hay quien daría la vida por respirar este aire hasta el día de su muerte. Yo ya di la mía. Porque la vida no es levantarse y respirar para pasar uno y otro día. La vida es la sonrisa, la brisa de una montaña. El frio de las mañanas y el batir de las olas al morir en las playas. La vida es el verde y el olor a heno mojado. La bruma del amanecer y los ríos alegres, rápidos… ¡La vida es compartir una pasión! Para mí ya no será lo mismo. Pero gracias a todos por enseñarme tanto de mi tierra. ¡Quemad las gomas, no vuestra alma!

Luis “Gnomo” Portal