26/6/16

EL MERCADILLO




Lo que tiene el mundo de las motos, es que puedes encontrar gente de todo tipo. Unos que van a lo suyo, es decir, que salen a rodar y vuelven a casa satisfechos, y otros que siempre están pensando en como hacer que los amantes de las motos puedan sacar el máximo partido a esta pasión. Este es el caso de Cuco Manzano. Un veterano piloto de competición al que se le ilumina el rostro cada vez que recuerda cualquiera de sus aventuras a lo largo de los años. Es un caballero curioso este Cuco. Generoso en palabras y prodigo en sonrisas, siempre anda buscando la manera de compartir su amor por este extraordinario mundo de las motos.

Y en estas se hallaba cuando encontró la manera de aunar la típica gastroruta, con la necesidad de dar salida a ese material, accesorios, ropa etc…que todos tenemos en casa y que por distintas razones dejamos de usar sin que se aprecie demasiado el paso del tiempo. Y tramó uno de los eventos que más han sorprendido en los últimos tiempos a propios y extraños. El propio Cuco comentaba que no pudo imaginar, recordando lo ocurrido el pasado año, que tantísimas gente acudiera a pasar el día al Mercadillo.

Para ponerlo en contexto, Cuco comenzó a pensar en ello hace un par de años y viendo que el Chiringuito de Arriondas, lugar de inevitable parada para quienes rueden por el oriente Asturiano, es un gran punto de encuentro, se lo comento a Bea. Una mujer que merece todo el reconocimiento por haber convertido  aquel lugar en parada imprescindible para los moteros del norte de España.


Ávida de novedades y siempre dispuesta a colaborar, Bea consiguió los permisos de la Escuela de Piragüismo, lugar en el que se encuentra el Chiringuito, y ambos se pusieron manos a la obra. El resultado en tan solo dos años, no puede ser mejor.


Pero Cuco, caballero prudente donde los haya, se puso a mi disposición para aclarar algunas de las cosas que, inevitablemente, saltan a la palestra cuando se organiza un evento de estas características. Y en una charla más que interesante, me dejo claro dos puntos. El primero. Es un encuentro entre particulares que quieren vender o cambiar todo aquello que se va acumulando año tras año, en casa. De esta forma, abrió una página en Facebook en la que anunciar lo que se iba a poner a la venta. Cada uno colgaba sus prendas para que los interesados pudieran ir eligiendo lo que iban a llevarse. Pero eso si, el intercambio debía hacerse el día del Mercadillo. No quería que se convirtiera en una página más de venta por Internet. No habrá lugar para los negocios del gremio, todo el que lleve algo el día de la venta tiene que ser particular, unos con más parafernalia, y otros con la típica manta en el suelo exponiendo los artículos de la mejor manera posible, pero de forma totalmente  particular.

Y como segundo punto, y tal vez el más conflictivo de los dos, Cuco quiso asegurarme que nadie se lleva porcentaje alguno de los diferentes intercambios que puedan darse durante el Mercadillo. Un punto en el que Cuco insistió vehementemente durante nuestra conversación. Ya sabemos que siempre hay lenguas de doble filo que dan pábulo a los rumores malsanos.


Y llegó el 10 de Abril. La mañana prometía agua, pero desde primeras horas, durante la colocación de los numerosos artículos que se llevaron, se vio que la gente estaba impaciente por ver lo que nos ofrecían los vendedores. La entrada al chiringuito se vio colapsada a media mañana. Hasta un punto en el que el propio Cuco tuvo que hacer las veces de aparcacoches porque el parking se lleno de motos y coches dispuestos a celebrar la idea con una participación masiva. ¡Impresionante! Con todo el que hablabas te hacía notar dos cosas. La falta que estaba haciendo un evento como este, y la cantidad de gente que fue a curiosear y comprar al II Mercadillo Motero.


Y durante todo ese tiempo, la barra del chiringuito, no cesaba de ofrecer cuanto los moteros necesitaban. Algo de comer, algo de beber, y alrededor, Bea siempre con una sonrisa. Que por cierto es algo que se comenta y parte importante para que el Chiringuito siempre tenga buena prensa y buena gente

Pero, pese a la marabunta, al jaleo, y al cansancio de ambos, ya están preparando el siguiente. Según Cuco, podría ser en Septiembre. Y hacer dos cada año. Uno antes de que comience la temporada, Abril/Mayo será buena época, y otro al final, más o menos, de la misma. De esa manera hay dos oportunidades de hacer esos cambios que se nos van ocurriendo mientras rodamos en moto.

A modo de anécdotas, podemos comentar la cantidad de precios que se podían observar en los productos. Desde quienes pretendían sacar partido de sus complementos, precios elevados y poca fortuna en la venta, hasta quienes bajaban los precios para dar oportunidades a los demás. Quien sabe de esto comentaba que en el primer caso, es muy probable que se vuelvan a casa con su inventario, mientras que los otros vendían rápidamente aquello que habían expuesto.

Resulto pues, un gran éxito, tanto para los vendedores como para los compradores. Y este éxito, vaticina buenas ventas para los próximos que se celebren.


25/6/16

IV IMSERSO RIDER,...O COMO PASAR UN BUEN DIA RODANDO



Hace ya algún tiempo, concretamente durante los días 23 y 24 de abril, se celebro saliendo de La Felguera, la IV Imserso Rider. Una de las reuniones para rodar con más km en las que he participado. Fue toda una experiencia para mí. Se dieron todas las condiciones para que resultara un desastre, y sin embargo la sonrisa era permanente en cuantos participamos.


Para ponernos en antecedentes, la Rider se gesto entre un par de veteranos, Tino Suárez y Félix R. Sarmiento, que se pusieron como reto rodar 1000 km. en un día. Trazaron una ruta que recorría puertos de diversas comunidades cercanas y se pusieron a ello. El tiempo, y la cantidad de gente que se fue apuntando, les llevo a comprender que resultaría más divertido, y menos cansado, hacerlo en dos días con parada para agruparse y comentar las incidencias de la jornada con todos los participantes. La primera iniciativa apenas duro dos años. Pero en esta modalidad de fin de semana, es posible que se prolongue en el tiempo ya que en cada convocatoria se agotan las plazas, quedando gente con ganas de realizarla.
Con salida desde La Felguera el sábado 23 de abril a las 8 de la mañana, el rutómetro marcaba un total de 24 tramos para que todos los raider´s supieran en cada momento por donde rodar. De esa manera, también podía verse cuales eran las posibles salidas para acortar. Por si la jornada resultaba demasiado dura.

Resaltar en este punto el trabajo realizado por los organizadores al  recorrer cada uno de los tramos para dejar indicado, en ocasiones con fotografías, los giros complicados y las carreteras por las que se tenía que rodar.

Desde la salida, se vio que el día iba a ser complicado. Llovía a las 8 de la mañana en La Felguera, y el cielo no parecía tener la intención de ser benévolo con nosotros. La zona de reagrupamiento para la foto de familia se marcó en el Pozo de la Oración, mirador desde el que ya se empezaron a definir diferentes grupos. Porque esa es la idea de la Rider. Hacer grupos pequeños que rueden al mismo ritmo y puedan parar sin agobios donde crean conveniente. Sin ataduras. Sin objetivos mas allá de llegar a las 21,30, hora de la cena, a Posada de Valdeon. ¡Y no dejaba de llover!

Diversas circunstancias, un rally de coches clásicos, obligaron a cambiar la ruta primigenia, por lo que entró en juego la imaginación de los participantes. Quienes elegimos dejarnos llevar por la intuición pasamos Palombera con sol en el cielo, apenas media hora, pero lo justo para disfrutar de unas vistas espectaculares. ¡Y volvió a llover a nuestro paso!

Asturias, Cantabria, Palencia y León, vieron rodar bajo una intensa lluvia a diferentes grupos de valientes con el único objetivo de completar el trazado.

Es el momento de mencionar a José Luis Felgueroso, único de los participantes que completo el recorrido del sábado tal y como estaba marcado en un principio, con subida incluida al Portillo de la Lunada, objeto de dudas hasta a penas un día antes de la salida. Llegó a las 22,30, a tiempo para disfrutar de la cena y recibir de los participantes un merecido homenaje.


Como era de esperar, con todos los asistentes reunidos en torno a una maravillosa cena, las lenguas se soltaron y podían oírse risas y comentarios a cerca de los pequeños detalles que llenaron la jornada. Después, en el hotel Cumbres de Valdeon hubo un rato de esparcimiento con música y copas hasta bien entrada la noche. Pero había que dormir. El domingo tampoco iba a ser fácil.

Y comenzó de forma bastante más anárquica. La salida estaba prevista para las 9 de la mañana, después de tomar un reparador desayuno que templara los cuerpos de cara a otra jornada pasada por agua. Pero ya se pudo ver que no todos se levantan igual. La vuelta fue por diferentes sitios. Hubo quienes eligieron completar  la ruta y quienes escogimos acortar para acercar lo más posible, a quienes venían de fuera, a sus lugares de destino. Pero de cualquier forma, ruta larga o ruta más corta, el resultado fue inmejorable.



El rutometro marcaba 968 Km. desde La Felguera el sábado, hasta el mismo punto el domingo. Tramos de entre 6 y 70 Km, que fueron recorridos por los 47 asistentes finales, un total de 12 se dieron de baja por distintos motivos, con una intensa lluvia durante la jornada del sábado. El domingo llovió hasta Tama. Después la fortuna se alió con los audaces y el cielo nos dio un respiro. Buena ruta con carretera seca. ¡Que más se puede pedir!



Esta ruta es siempre la misma, con los cambios que procedan a ultima hora, por lo que cada año se puede recorrer con más conocimiento y seguridad. En resumen, un fin de semana para recordar y por supuesto, para repetir.

Hay muchas imágenes recogidas en ese fin de semana. Algunas de ellas las pongo a continuación. Espero que las disfruteis






Esta es una cita que hay que apuntar para el año que viene. Yo, si puedo, allí estaré...

23/6/16

Xª VARADERO...¡Y MAS!



Cuando oyes hablar de algo con insistencia, llegas a hacerte una idea de lo que te espera cuando por fin puedes comprobarlo tu mismo. Este es el caso de la reunión anual de el Club Varadero España. Mi amigo Kike siempre habla de esa reunión de forma que apetecía ir a conocerla. Casi ocurrió el año pasado, pero tan solo por una semana no pudo ser. No encontré una Varadero que se ajustara a mi escaso presupuesto y que estuviera en buenas condiciones. Pero la halle. Y este año,  casi por sorpresa, pude apuntarme a tiempo para acudir al que iba a ser el X Encuentro del CVE. Cuando Kike me apunto, fue tan precipitado, que apenas tuve tiempo de hacer un esquema del viaje. Estaba metido en otros temas y no me puse a pensar en ello hasta una semana antes. Rápidamente, cambie las gomas y puse a punto a “la peque” para salir hacia Almería el día 16 de Junio. En principio tenía pensado viajar hacia Burgos, pero el destino quiso que las circunstancias cambiaran y puse la mirada en la sierra de Madrid. La sierra norte, para ser más exactos. Más de 30 años viviendo en la sierra noroeste y la mencionada ruta de los Castillos y las Atalayas, me era bastante desconocida. Es lo que ocurre cuando, como dice una amiga mía, “sueñas lejos”. Te vas a conocer los caminos más alejados de tu casa, y los que tienes al lado apenas los recorres.

Hecha pues la maleta y con la misma  ilusión de la primera vez, a las 8´00 AM salía del garaje para rodar apenas un kilómetro hasta la gasolinera donde quería llenar por primera vez el deposito de la Vara. Un orballo persistente me hizo dudar si ponerme o no los plásticos para un primer momento. Creí que iba a ser cosa de una nube, pero una vez más, y como casi siempre con el tiempo, me equivoque. Pude llegar hasta Campomanes. Allí, en el Ave, descubrí que el agua me llegaba hasta lo más profundo de mi anatomía…¡ Calado hasta los huesos! Decidí entonces esperar un rato hasta que se me secara un poco la ropa que después iba a cubrir con el traje de agua, y charlando con el posadero se me paso una horita larga. Pero ya seco y con la preparación adecuada para recibir lo que fuera, rodé los primeros kilómetros hacia el puerto de Pajares. ¡Será un rato me decían por wasap!, pero no paraba de llover. Atento a cada curva, pero pensando en mis cosas, fueron pasando los kilómetros hasta llegar a Tordesillas. Recuerdos de tiempo pasados vinieron a mi encuentro mientras atravesaba la ciudad a la que Alfonso X El sabio le concedió el Fuero Real en 1262. Apenas 15 minutos para tomar un café y sacudir el agua de los plásticos y le dije adiós a la ciudad del escudo coronado.
Mi ruta cambio en ese momento, ya que la lluvia no me permitía disfrutar de los pueblos castellanos tal y como era mi intención. De modo que baje por la nacional hasta Adanero, donde de nuevo paré un rato para dejar descansar a La Modelo y a mis nalgas, que ya empezaban a quejarse. La falta de practica es lo que tiene. La ruta desde Adanero hasta Guadarrama me es bastante conocida. Es el camino habitual cada vez que decido ir a Madrid. Pero en Guadarrama giré para coger la ruta de los castillos que pasa por el monumental de manzanares. Una pena la lluvia, porque si la carretera merece la pena por la belleza de sus pueblos, los pantanos, castillos y atalayas que nos salen al paso, en días despejados resultan hechizantes.. Entre Torrelaguna y El Casar, comenzó a despejarse al cielo, y el calor propio de esta época se notaba en las carreteras. Mis gomas nuevas no encontraron dificultad alguna en terreno mojado, por lo que espera un mejor comportamiento cuando secara el asfalto. Y sin darme cuenta, llegue a Guadalajara. Situada entre las comarcas de la Alcarria y la campiña del Henares, esta capital de la provincia homónima, me recibió ya con el sol limpio de nubes, por lo que mientras descansábamos mi montura y yo, pude quitarme la ropa de agua y dejarla secar antes de continuar la marcha.
 Tenía tiempo, por lo que saque mi GPS particular, un mapa de España desplegable, con el que siempre me gusta viajar, para elegir una ruta alternativa a la N-420, que te lleva directa a la ciudad encantada. Un poco antes de Alcocer, tome la decisión de girar hacia Gascueña por una CM que me llevaría a descubrir la belleza del interior de esta comunidad. Pueblos como Villalba del Rey, Tinajas, o Villar del Sanz, contribuyeron a dejarme con la boca abierta. Poco a poco fui acercándome a la nacional para reaparecer al mundo en Chilaron de Cuenca, apenas unos Km. antes de la ciudad en la que me iba a encontrar con el equipo KR Cantabria. Un poco cansado, pero sin duda feliz, camine por la recepción del Hotel Torremangana mientras el recepcionista me miraba de una forma que luego supe que era envidia, pues, también motero, lo que le apetecía era lo que yo había hecho. Mientras charlábamos y hacíamos el registro, fui relajándome pensando ya en la ducha y una copa en el bar donde tenía que esperar la llegada de Kike y Ana. Y tan relajado quede, que al mover la moto para encarar el parking, por cierto, carísimo para estar en Cuenca, “la peque” decidió tirarse a descansar sin previo aviso. A punto estuvo de costarme un disgusto, pero a la postre, solo salió perjudicada la tulipa de un intermitente. Nada digno de recordar…
Solo me apetecía beber cola fría. Y ya duchadito y preparado para la noche conquense, disfrutaba del relax cuando a las puertas del hotel, apareció una Varadero azulona, la nueva adquisición de Kike, tan majestuosa como la vi la primera vez. Tras la cortesías de rigor, decidimos dar una vuelta para comer algo antes de caer en la cama, y aterrizamos en una taberna flamenca donde lo cierto es que comimos muy bien a base de pinchos y cerveza o vino. Un buen final para la jornada perfecta.

Lo del viernes iba a ser otro cantar. Kike, gran navegador, tomo el mando con las ideas claras y la vista puesta en Ayna. Este sería mi mayor descubrimiento. La llamada Suiza Manchega, me proporciono increíbles momentos mientras nos deslizábamos por las impresionantes curvas que dan paso a la población conocida por acoger el rodaje de “Amanece que no es poco”. 





Elche de la Sierra, Socovos, Tazona, fueron algunos de los pueblos que atravesamos. Y si había otra ruta, menos transitada y más espectacular, Kike la tomaba para que, a buen ritmo, siguiéramos disfrutando del paisaje que nos rodeaba. Rodamos tranquilos fuera del habitual caos circulatorio de las carreteras con mayor transito. Y llegamos a Puerto Lumbreras. Alli Kike tenía que hacer una visita de negocio, y allí  fuimos conscientes por primera vez del calor que nos esperaba en Almería. Tras comer un poco, y con ganas de llegar al Toyo, donde se encontraba el hotel de la reunión, decidimos terminar por la autopista. Las ganas de un baño en su espectacular piscina pudieron con nosotros. Acostumbrados a la temperatura del norte, aquel infierno solo podríamos combatirlo sumergiendo el “cuerpoescombro” en agua hasta el cuello. Y así lo hice durante lo que me pareció uno de los ratos más agradables que he pasado últimamente.

En la piscina conocí a algunos de los veteranos del CVE, a quienes Kike saludaba con franca camaradería. Pero la noche ibicenca nos esperaba, por lo que tuvimos que posponer la charla para vestirnos de blanco, condición que los organizadores pusieron para acceder a la barbacoa cerca de la playa. Entre risas, copas y gente nueva para mi, alcancé mi hora de dormir. Estaba realmente cansado y no quería molestar a quienes sin duda pretendían pasar unas horas divertidas. Y se de buena tinta que así lo hicieron. Pero se cerraban mis ojos y el cuerpo pedía descanso. ¡Buenas noches y hasta mañana!

Dormí de un tirón, pero como es mi costumbre, a las 7,30 estaba despierto. El cielo, sin una nube que lo ocultara, parecía pintado por el mejor de los artistas. ¡Que gran día nos esperaba! Un desayuno a base de café y fruta y listo para salir al mundo. Nos llevaron hasta el Faro de Cabo de Gata, un espectacular paraje donde se iba a hacer la foto de grupo.

El resto de la mañana trascurrió entre la fabrica de cerveza Alboran, y la playa de los muertos, una de las más bonitas de nuestro país. Fueron horas de rodar por entre paisajes semidesérticos, que me hicieron enmudecer, por lo distinto de mi tierra, y por su abrumadora belleza. Un buen día que iba a terminar con una comida en el centro de uno de esos pueblos almerienses de calles estrechas y cuestas imposibles. Una comida en la que pude conocer un poco más a otros miembros del CVE. Y con el sueño metido en el cuerpo, se produjo la estampida hacia el hotel. Unos por la autopista, otros por carreteras de curvas increíbles. Pero al final, el mismo destino. ¡La piscina! Y allí  nos encontramos de nuevo hasta que llego la hora de la cena. Un rápido buffet y a la sala de sorteos…Vimos un video hecho a proposito del X aniversario, editado por una persona que no pudo acudir. Un video estupendo en el que se resumen los 10 años de este club. 

El tradicional sorteo mientras tomábamos algunas copas, transcurrió sin incidencias, tan solo mencionar el hecho de que tan solo dos personas quedaron sin regalo.¿Sabéis quien fue una de ellas? La organización se portó ya que al final me vine a casa con una elegante taza del club, que salio del marketing que llevaron a la reunión.
Fue un encuentro diferente, y conocí gente estupenda que se preocupo de que no estuviera solo entre extraños. Buena conversación y en general muy buena organización. Personas como Porra o Sasha, Angelete, Jaume, y muchos otros de los que, me vais a perdonar, pero no recuerdo en nombre, se portaron de lujo con este novato. Sin duda volveré con ellos otra vez, puede que el año que viene, ya que se celebrará en Cantabria.
¡Y a la cama relativamente pronto! Quería salir temprano para rodar la mayor cantidad de tiempo posible sin el agobio de las altas temperaturas. La idea original, por circunstancias producto de la improvisación,(¡como me gusta!), se cambio, por lo que en lugar de ir a Cáceres, mi destino acabo siendo Ciudad Real. O lo que yo pensé que iba a ser mi destino para ese día. Después se vería que los planes están hechos para ser cambiados…


En mi particular GPS, terminé marcando una ruta hacia Guadix, donde llegue bastante pronto y sin demasiado calor. Las carreteras que me iba encontrando me llevaban de un lado para otro, pero con tal de evitar las carreteras mas transitadas, añadí varios kilómetros de más disfrutando cada uno de ellos con la intensidad de quien hacía tiempo estaba necesitado de este tipo de terapia. De Guadix a Torredonjimeno y de allí a Montoro, descubrí que rodar en solitario sigue siendo una de mis pasiones. La vida que pasa minuto a minuto mientras doy gas a mi pequeña, es vida vivida. Y no hay nada como ese tiempo de vida. Pensar en aquello que te hace feliz y casi llorar mientras recorres España de punta a punta es algo que recomiendo. ¡Pero ojo gente! Rodar en solitario puede resultar peligroso. En mi caso, cada pueblo que veía señalizado, se convirtió en un destino inevitable, y los kilómetros se acumulaban en el parcial de la Varadero. Por cierto, durante el tiempo en el que atravesé la Sierra Madrona, desde Montoro a Ciudad Real, mi compañera cumplió los 100.000 km. ¡Y como suena!


A las 17´00 llegue a la quijotesca capital de la provincia situada en la comarca de Campo de Calatrava. Esperaba tener habitación reservada y quitarme la ropa de viaje para reunirme con algunos compañeros y celebrar la vida. ¡Pero no! Allí me esperaban sobre sus monturas porque la celebración era en Avila. Ellos también querían rodar y tomaron la ruta larga para encontrase con este solitario viajero. Porzuna, Ventas con Peñaguilera o Puebla de Montalbán, evocando épocas pasadas, quedaron atrás mientras nuestro guía sonreía al vernos felices. Agotado, pero con el convencimiento de que no habría cambiado nada de lo que viví ese día. Llegamos al hotel seleccionado. 



En la misma muralla, un alojamiento decente y justo frente al lugar en el que íbamos a celebrar la inauguración de un local. ¡La ducha me sentó de lujo! Y una buena cena típica de la Ciudad de los Caballeros, preparó el cuerpo para lo que iba a venir. Recuerdo que un amable funcionario, cargado de paciencia, nos recriminaba el hecho de que intentáramos defender las murallas de los invasores. Espada en ristre aleccionábamos a las imaginarias tropas mientras creímos estar en pleno siglo VIII, cuando el rey Asturiano Alfonso I, aprovechando las revueltas beréberes del centro de la península toma la ciudad para llevar a sus pobladores a Asturias. Y eso es lo último que recuerdo. Amanecí agotado a las 7 de la mañana. A punto para desayunar con la tropa y despedirnos. Su destino Cáceres. El mío, León. Tenía la intención de visitar a ciertas compañeras de ruta que recientemente organizaron Fronterizas 2016. Siempre resulta agradable visitar a los amigos y la ruta que tenía en mente iba a ser un paseo por la historia.
El paso por Olmedo me hizo recordar la tragicomedia de Lope, nacida del mito de aquel caballero llamado Miguel Ruiz, quien mato de forma alevosa a Juan de Vivero, vecinos ambos de la ciudad de Olmedo. Historia de venganzas y espadas que sacaron una sonrisa por entre la pantalla de mi casco, recordando las gestas de la noche pasada ante la muralla de Ávila. Recorrido caballeresco y vallisoletano que disfrute como hacía tiempo que no disfrutaba. Olmedo, Medina del Campo, Tordesillas y León, donde llegue poco antes de la hora de comer. Era casi el punto final de un viaje de algo más de 2700 Km, que ha sido sin duda, el mejor de los últimos 6 años.

Tras disfrutar de la compañía de mis patitas en León, pude llegar a casa para descansar, y sorprendentemente, tal vez producto de la felicidad que me embargaba, no estaba tan agotado como cabría esperar. Tarde mucho en dormir, los acontecimientos del viaje me dieron que pensar. Incluso me atreví a hacer un poema Alejandrino

“Van rugiendo los motores de las Varadero
pasando vivas los pueblos de nuestra Almería
siguen sin pausa y sin prisa al que va el primero
destinos distintos y diferente alegría”

Algún día lo terminaré. Por el momento me conformo con recordar el viaje por si no puedo repetirlo

Hay muchas imágenes para recordar. Aqui os dejo algunas