25/3/14

Por Llanes con A.K.K.



¡BUENOS DIAS…Y BUENA RUTA!

Amaneció completamente despejado. ¡No me lo podía creer! Eran las 8.00 cuando desperté y al mirar por la ventana pude ver un cielo increíblemente azul. Mientras preparaba los bocadillos, se me hacía la boca agua pensando en lo completo que iba a ser el día. Nueva gente, muchos kilómetros y paisajes, preciosos paisajes embellecidos por el sol que sin duda nos iba a acompañar. La cita era a las 9.00 en Gijón, y hacia allí conduje mi Dama con presteza. Llené el depósito mientras saludaba a algunos antiguos compañeros de viaje. ¡El día comenzaba bien!
Sin demasiada demora, una novedad (esta gente se lo toma en serio), salimos hacia Villaviciosa, donde  se nos unirían más moteros del grupo. Algo que iba a suceder a lo largo de las primeras horas de la mañana, ya que también en Posada de Llanes, donde había prevista una parada para el primer cafetín, íbamos a encontrarnos con un par de motos más. Después, se sucedieron los kilómetros por algunas carreteras por mi desconocidas, y otras más familiares. Todo era perfecto. Mi Dama respondía y el sol comenzaba a calentar. Pero supongo que no todo iba a ser estupendo. Un despiste y di con mis huesos en el asfalto.
¡Nada grave! Un susto que dejo maltrecha a mi compañera y herido mi orgullo. Pero gracias a la eficaz labor de mis anfitriones, salimos del trance sin más complicaciones. Tras dar un baño a la moto para comprobar si había daños ocultos, seguimos en ruta.
El lugar elegido para la pitanza fue el área recreativa de Guadamía, donde no pudimos ver los Bufones en acción ya que la mar estaba tranquila, para variar.
Allí sacamos las viandas y entre risas y chistes sobre cucarachas y otros animalejos, contando anécdotas y riendo por poder disfrutar de otro día, dimos buena cuenta del festín. Mientras comíamos, tuve tiempo de observar a mis anfitriones. Formaban un particular grupo los AKK.
Cada uno con su idiosincrasia, pero todos por la misma labor. Disfrutar de su pasión de la mejor manera posible. Dentro de la llamada cultura del parche, en la que estoy metido desde hace tiempo, este particular grupo monta tanto japonesas como americanas, o alemanas, que también hubo una BMW. Pero la mayoría llevaba una “Custom” más o menos personalizada. Todos y cada uno de ellos me acogieron sin reservas, sin preguntas y con ánimo de repetir la experiencia. ¡No saben donde se meten! Reí  a gusto durante la comida y sin prisa, pero sin pausa, recogimos y de vuelta a la carretera.
La idea era tomar el café en Ribadesella. Y elegimos otro de los emblemáticos establecimientos de la localidad.  Allí tuvimos tiempo de conocernos un poco más. Y comenzaron las despedidas. Algunos Marchaban para Posada y el resto de vuelta al centro. Eso si, con parada en Sevares para tomar la última cerveza en La Pérgola, uno de los habituales lugares de reunión de Astur Kustom Kulture. Juntos comentamos las peripecias del día, no sin cierto cachondeo  hacia este narrador por su excursión al asfalto, que hasta eso resulto divertido en una jornada de abundantes kilómetros, buena compañía y sol. Mucho sol, ¡que ya era hora!
Después de un rato, volvimos a la carretera, ya que no quedaba más remedio que volver a casa. Últimos kilómetros en compañía hasta que poco a poco, nos fuimos separando para dirigir nuestras monturas a su lugar de descanso, que también se lo merecían tras casi 300 Km. de asfalto. 

Mientras saboreaba  un Gin Tonic  escuchando el LP “On the Night”, de los Dire Streets, repase cada momento del día disfrutando de nuevo con el recuerdo de otra inolvidable ruta, esta vez en compañía. 

Dejo otras imágenes que sirven también como agradecimiento a los fotógrafos, Javi y Kenia, que me han permitido usar su trabajo para dar lustre al reportaje
 







9 de Marzo 2014. LLanes

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