27/3/13

Buenos Tiempos

Aquellos primeros años con carnet en la mano, nos llevaron de forma casi incontrolada hacia un mundo ciertamente irreal. El primer trabajo apartó la libertad de un manotazo. Corte de pelo, ropa discreta, y la rutina que supone levantarse cada día a la misma hora para ir al mismo sitio, y hacer las mismas cosas. No estábamos acostumbrados y lo único que nos mantenía cuerdos era nuestro lado oscuro. La vida en moto.
Una vida para la que no se necesitaba uniforme. De la película Quadrophenia sacamos parte de su filosofía. Jimmy decía,"yo no quiero ser como cualquier otro, por eso soy un Mod". Nosotros, estaba claro, no queríamos ser como los demás, pero no sabíamos muy bien como queríamos ser. Una Vespa con demasiados espejos, nos hacía volver la cabeza, pero no era suficiente para transportarnos al Londres de 1964.
Sin embargo, el conocimiento de la existencia de ese pequeño grupo, era estimulo suficiente para curiosear un poco. Quienes lo heredaron de sus padres lo vendían como excentricidad, que en aquellos años era un valor seguro. A comienzos de los 80, asuntos propios nos lanzaron por caminos vertiginosos. Había poco tiempo para asimilar lo que ocurría más allá de nuestras fronteras. Adoptamos la cazadora de cuero, para horror de nuestras madres, y el rock, y las motos ruidosas...
Más adelante, y en pleno crecimiento intelectual, las motos seguían siendo parte de nuestras vidas, pero el descubrimiento de los poderes mediáticos, fue una droga demasiado potente para mí, como para ignorarla. Y aunque nos movíamos sobre dos ruedas y los fines de semana eramos ruidosos y despreocupados, en la facultad y en la radio, actuábamos de forma sigilosa. Creíamos en la política y en los cambios.
Buscábamos nuestro lugar. Pero la decepción nos dio una bofetada y cuando los ojos dejaron de girar volvimos a nuestro refugio, la música y la moto.Podíamos vestir como quisiéramos, algunas veces de forma espantosa, pero era nuestra prerrogativa. Alternando ambos modos llegamos a la madurez, donde la experiencia de lo vivido nos llevó de cabeza a forjarnos una personalidad definida. Marcada por diferentes épocas y por muchas opciones. Tantas que se nos ha denominado como la generación X.
 Tal vez porque nunca nos decidimos a despejar la incógnita de nuestro futuro. Nos enfrentamos a el cuando llega, sin quejas, con pasión, sin prejuicios.Y¿ sabéis que?, me ha gustado vivir así. Al menos hasta que otra bofetada nos devuelve a la realidad. Una crisis en la que nuestra generación es apartada del mundo laboral.
Ignorada por los poderes sobrevivimos como podemos, pero con la cabeza alta porque sabemos que hemos sido la última generación libre.No dependimos de la tecnología, ni de las ideologías. Hemos hecho lo que nos gustaba, pero sin olvidarnos de nuestras obligaciones.
Fuimos responsables, ciudadanos, pero también rebeldes, descarados y todo sin dejar de oír nuestra música. Nuestro Rock, nuestro Blues...nuestra banda sonora. Me resisto a morir sin volver a protestar, y reivindico el hecho de que a pesar de tener más de 50 años, sigo siendo ¡UTIL!, le pese a quien le pese.



No hay comentarios: