21/2/09

Setas y Garbanzos


Después de Motauros, donde el frio se metió hasta los tuétanos, había dejado la moto aparcada para que entráramos en calor. Lo cierto es que pase unos días sin gana alguna de subir a la Estrella. Tampoco el tiempo acompañaba, por lo que se hizo más llevadero no salir a rodar. Pero todo eso cambio y el fin de semana del 14 y 15 de Febrero mi Estrella volvió a devorar kilómetros por las carreteras Asturianas. El sábado habían organizado una reunión para ir a comer setas a Argame. No estaba demasiado lejos, por lo que nuestro guía, Kadio, nos llevo por una de esas carreteras que dejan sin respiración. El paisaje hacía que de vez en cuando apartáramos la vista de la carretera para, reduciendo la velocidad, contemplar las montañas que disfrutamos en el Principado. Pocas paradas, apenas para respirar hondo y volvimos a la carretera.

No se puede decir que hacía calor, pero el solin que recibíamos en la cara se agradecía de manera especial tras andar metidos en reviradas curvas que precisaban de toda nuestra atención. Llegamos a La Antoxana a punto para sentarnos a comer. A decir de quienes gustan de las setas, estaban buenísimas. Para el resto una “triste” parrillada en la que, para mí, la exquisitez fue la carne de buey. A penas vuelta y vuelta, la carne roja me engancho desde el principio. Como siempre, hubo muchas risas y más camaradería. Éramos un grupo reducido, pero muy bien avenido. Todos, a los que se sumaron por la tarde dos motos más, acabamos dirigiendo nuestras monturas hacia La Iguana, un lugar cerca de Avilés de grato recuerdo. Tras saciar la sed con un par de cervezas, decidimos acabar en El frontón. Otra cervecería, pero en Gijón. YA de noche, tarde, quienes quedaron apurando sus vasos, decidieron ir a visitar a un compañero.

Se metieron en su casa sin preguntar y la tomaron por asalto, a pesar de que el anfitrión esta medio roto y con un corsé. ¡Así somos en este grupo! ¡No tenemos en cuenta las desgracias de los demás!...

¿Y el domingo?. No contentos con el paseo y la fartura de Argame, un reducido grupo de ávidos moteros, bueno, moteras, porque eran tres féminas, y yo, nos encaminamos hacia Potes. Salimos a las 11 de la mañana para coger la antigua carretera de Santander, toda por la costa, con la idea de llegar a Potes a la hora de comer. Muchos km sin parar. Pero había que descansar las posaderas, por lo que decidimos hacer un alto en Ribadesella. En el lugar de siempre ya había un nutrido grupo de compañeros del Moto Club Asturias, con Rucabe a la cabeza. Allí descansamos para más tarde seguir hasta Unquera. Los últimos 40 km hasta Potes son una delicia. El desfiladero de la Hermida transcurre entre grandes paredes de piedra y muy muy cerca, el rio. Es una carretera con muchas curvas y preciosos paisajes.

Poco a poco fuimos subiendo hasta encontrar de nuevo el sol y atravesar Panes, hogar de nuestra compañera Cabomer, para desembocar tras un sinuoso recorrido en la localidad de Potes. Allí nos esperaba, hambriento, Carlinos. Juntos disfrutamos de un cocido Lebaniego para chuparse los dedos. Para el café quedamos con Cabomer y Xana, que nos enseño su hotelito. Una opción para pasar algún fin de semana.



Ha sido un buen fin de semana. Hacía tiempo que no salía y volver a sentir el frio en la cara me sentó bien. Uno no sabe cuánto disfruta de la moto hasta que deja de hacerlo por un tiempo. Por eso intentare salir más a menudo, aunque sean trayectos más cortos. Por aquí tenemos carreteras en las que en apenas 40 km se puede disfrutar de paisajes increíbles.


1 comentario:

Valeria dijo...

Me encanta la crónica Gnomo. Hablo por el sábado, lo pasamos genial. Gracias por escribir.