30/9/08

2ª Concentración Buitres Leonaos


Desde el primer momento sabíamos quienes íbamos a viajar. Un grupo formado por Tino, Nadia, Xabali, Chester, Kadio, Valerie, Santi y yo mismo. Seis motos seis con un destino claro. La diversión. ¿O no estaba claro el destino?


Poco a poco los kilómetros fueron reduciéndose hasta llegar el momento del encuentro con Elsi. Ella, viajera solitaria, nos esperaba en Candelario para comer.



Un pequeño restaurante, propiedad del hotel, en el que se nos recibió de manera sorprendente. ¡Mira que hacemos ruido!, pero ni la boda que nos acompañaba se molesto. Bueno, un poco la madre de un renacuajo que estaba dormidito…


En Béjar pusimos un tornillo a Kadio, bueno, a su moto y con Josito, llegado a los postres, partimos para Cáceres. Llegamos un pelín desorganizados, pero llegamos y pudimos ver todo el tinglado.

Lo que sorprende de esta concentración, es que los Buitres Leonaos, organizadores de la misma, no son más de 25 y las personas completamente involucradas en la organización son más de 60. Todas y cada una de ellas pasaron los tres días volcados para que la reunión saliera de lujo. Y lo consiguieron.

Los campos de la Universidad Laboral de Cáceres, acogieron a más de 1.200 personas inscritas en la concentración. Y luego las visitas, muchas y variadas para ver los conciertos y fotografiar las motos. En régimen de Colegio Mayor, nos fueron repartiendo por las habitaciones, siempre acompañados por voluntarios muy eficientes. Una vez cambiados y dispuestos para la juerga, pudimos charlar y beber con los amigos de siempre y con los nuevos. Que hubo muchos. Carnes a la brasa, lentas, pero muy apetitosas, cerveza y todo tipo de licor. Había para todos los gustos.



Jóvenes grupos de la zona, amenizaban las noches y visitas culturales al centro histórico ocuparon la mayor parte de los días en Cáceres. Incluso, ciertos elementos, salimos en busca de un famoso Castro que se encontraba por la zona. No lo encontramos, pero el paseo mereció la pena.

Como estábamos en un régimen colegial, las comidas se servían en un gran comedor. Self Service, pero abundante y sabrosa en cada ocasión. En ese aspecto nada que decir. Y en cuanto al trato, cada uno de los componentes de Buitres Leonaos, se afanaban por atender las demandas de quienes asistimos a la Concentración.

La noche se convertía poco a poco en competiciones de vasos. Esto es, colocar vasos de tubo, antes llenos de cualquier bebida alcohólica, uno sobre otro hasta alcanzar el techo. Más de una mesa estuvo cerca de conseguirlo, por lo que la alegría, desbordada en ciertos momentos, reino cada noche en la reunión.


Muchas motos y muchos amigos convierten un viaje en un recuerdo agradable. En este caso, la 2ª Concentración de Los Buitres Leonaos es una cita ineludible para la temporada que viene. Es de bien nacidos ser agradecidos y cuando tan poco gente te ofrece todo su trabajo sin condiciones, hay que devolver al menos un poco de lo recibido. Yo lo haré el año que viene acudiendo a su 3ª llamada.
El retorno a casa siempre es distinto. Nos decidimos por el Monfrague. Mereció la pena. Junto al pantano encontramos ciertos ejemplares de cantantes frustrados realizando desconcertantes coreografías para la desesperación de quienes viajaban tranquilos por la zona... Fue el último baile. Las ganas de llegar hacen que la gente se separe. Unos por pista, otros por pajares. En Casa Ezequiel hicimos la última parada. La noche nos rodeo inmisericorde y aceleramos para llegar cuanto antes al hogar.

Una reunión más que contar a nuestros nietos. Es por lo que merece la pena viajar. Conocer a gente distinta, y acercarte más a los tuyos. Por eso ya estoy pensando en la siguiente. Hasta entonces, ¡buena ruta!

1 comentario:

Valeria dijo...

Qué bien lo pasamos gnomo, me encanta leer y releer , ver y volver a ver las fotos de esos días tan emocionantes.