Todos
los que me conocéis tenéis claro cual es mi opinión acerca de los clubs moteros
que tan prolíficos se muestran últimamente. Pues bien, desde hace algún tiempo,
coincidiendo con la llegada de La
Peque, ruedo con uno de esos grupos que tienen la misma idea
que yo a cerca de cómo vivir esta pasión que compartimos.
Se
trata de un variopinto grupo de personajes, más cerca de la tercera edad que de
la adolescencia, (¡pero todos guapos y bien conservados!), que organizan una
salida mensual para hacer kilómetros y confraternizar con quienes entran en su
foro.
Se
hacen llamar “Old Biker Asturias”.
No es que sean todos ancianos, las nuevas generaciones también están presentes,
pero la mayoría llevan un montón de kilómetros a sus espaldas. De ellos he
aprendido muchas cosas. Les dejo hablar cuando se reúnen y escucho atentamente
mientras cuentan historias de viajes y rutas pasadas. Me río cuando, como los
viejos pescadores exageran sobre sus hazañas, y les sigo por las carreteras mirando como trazan
unos y otros, como manejan sus monturas y trato de sacar una enseñanza de cada
giro, de cada frenada…
Poco
a poco he ido sabiendo más de ellos. Son veteranos en esto de los grupos,
llámense Clubs o asociaciones, o Moto clubs. La mayoría han pertenecido a uno o
a varios de ellos y por diferentes motivos han acabado alrededor de un foro
diferente. No por el foro en si, si no por su manera de pensar en como
organizar a un grupo de personas que comparten una pasión. De modo, que
mientras rodaba con ellos fui tomando notas de sus comentarios, de sus
opiniones y de su filosofía. Me decidí a escribir sobre ello, porque es casi
calcado a lo que llevo defendiendo desde hace muchos años. Para nosotros la
moto es una afición. Una manera de pasar el tiempo libre y olvidar los
sinsabores de la vida. No entendemos que esa pasión llegue a transformarse en
una obligación. En mi caso, intento que ese tiempo de relax no llegue a
convertirse en un problema. Y al parecer hay más gente que opina lo mismo. Cape
y Balta tenían esa idea y dieron forma a lo que, en estos días, cumple tres
añazos. Por ese motivo, los administradores reunieron, el pasado día 3 de
Julio, a sus foreros en el
Chiringuito de Arriondas, lugar considerado prácticamente por todos ellos como
la sede no oficial del, ¿club?. En
realidad, me dice Cape, el aniversario es en Abril, pero viviendo en Asturias,
una reunión al aire libre en el mes de las lluvias puede acabar en una fiesta
de sirenas. Por eso se suele hacer en estas fechas.
Una
vez al año, al cumplirse el aniversario de su fundación, se reúnen para hacer
una jamonada todos juntos. Es tiempo
para verse, para conocer a las nuevas incorporaciones al foro y en definitiva
para charlar de lo que nos une. Yo aproveché ese momento para compartir con
Cape todo lo que había estado
observando. Solo pretenden rodar. No hay
presidentes, ni secretarios, ni tesoreros, ni cargo alguno. Solo
administradores del foro. Foro que esta patrocinado por algunos negocios, la
mayoría ya son amigos, con una cantidad
de 50 € al año. Con ello pagan a la persona que mantiene el foro y el resto del
dinero se guarda para gastar en esa reunión anual. Se compran jamones, queso, chorizo, pan y se hacen unas
tortillas. Las bebidas corren por cuenta de cada individuo y de esa manera la
reunión también repercute en beneficio
de El Chiringuito, lo que me parece una muy buena idea. Soy partidario de
ayudar a los amigos que siempre están ahí para lo que necesites, y este es el
caso de Bea y la Escuela Asturiana
de Piragüismo, que es donde se ubica El Chiringuito.
La
reunión salio bastante bien. Hubo quienes quedaron para rodar un poco antes de
pelearse con el jamón, y quienes fuimos directamente al lugar del encuentro.
Allí ya estaban Balta y Cape cortando y preparando la mesa para cuando llegara
el grueso de la tropa. Todo el mundo colaboraba, incluso el sol hizo acto de
presencia contribuyendo a que la jornada fuese todo un éxito. La charla se
prolongaba alrededor de las diferentes mesas creando un ambiente relajado muy
acorde con su filosofía de grupo.
En
ese tiempo de sobremesa fui conociendo al resto de los integrantes del OBA. Aquellos que por circunstancias no
había tenido el placer de conocer en las pocas ocasiones que he compartido ruta
con ellos. Conocer gente es siempre muy gratificante y al final del día pude
recuperar algunas historias que quedaran para siempre en mi recuerdo.
Fue,
en definitiva, un gran día. Buena comida, buena gente y sol, mucho sol.
Tengo
que agradecer a los diferentes fotógrafos que me permitan utilizar sus fotos.
Algunas de ellas muestran el autentico espíritu de este grupo
Después
de atendernos de forma impecable, las chicas del chiringuito se toman un
merecido descanso