¡BUENOS
DIAS…Y BUENA RUTA!
Amaneció
completamente despejado. ¡No me lo podía creer! Eran las 8.00 cuando desperté y
al mirar por la ventana pude ver un cielo increíblemente azul. Mientras
preparaba los bocadillos, se me hacía la boca agua pensando en lo completo que
iba a ser el día. Nueva gente, muchos kilómetros y paisajes, preciosos paisajes
embellecidos por el sol que sin duda nos iba a acompañar. La cita era a las
9.00 en Gijón, y hacia allí conduje mi Dama con presteza. Llené el depósito
mientras saludaba a algunos antiguos compañeros de viaje. ¡El día comenzaba
bien!
Sin
demasiada demora, una novedad (esta gente se lo toma en serio), salimos hacia Villaviciosa,
donde se nos unirían más moteros del grupo. Algo que iba a suceder a
lo largo de las primeras horas de la mañana, ya que también en Posada de
Llanes, donde había prevista una parada para el primer cafetín, íbamos a
encontrarnos con un par de motos más. Después, se sucedieron los kilómetros por
algunas carreteras por mi desconocidas, y otras más familiares. Todo era
perfecto. Mi Dama respondía y el sol comenzaba a calentar. Pero supongo que no
todo iba a ser estupendo. Un despiste y di con mis huesos en el asfalto.
¡Nada
grave! Un susto que dejo maltrecha a mi compañera y herido mi orgullo. Pero
gracias a la eficaz labor de mis anfitriones, salimos del trance sin más
complicaciones. Tras dar un baño a la moto para comprobar si había daños
ocultos, seguimos en ruta.
El
lugar elegido para la pitanza fue el área recreativa de Guadamía, donde no pudimos
ver los Bufones en acción ya que la mar estaba tranquila, para variar.
Allí
sacamos las viandas y entre risas y chistes sobre cucarachas y otros
animalejos, contando anécdotas y riendo por poder disfrutar de otro día, dimos
buena cuenta del festín. Mientras comíamos, tuve tiempo de observar a mis
anfitriones. Formaban un particular grupo los AKK.Cada uno con su idiosincrasia, pero todos por la misma labor. Disfrutar de su pasión de la mejor manera posible. Dentro de la llamada cultura del parche, en la que estoy metido desde hace tiempo, este particular grupo monta tanto japonesas como americanas, o alemanas, que también hubo una BMW. Pero la mayoría llevaba una “Custom” más o menos personalizada. Todos y cada uno de ellos me acogieron sin reservas, sin preguntas y con ánimo de repetir la experiencia. ¡No saben donde se meten! Reí a gusto durante la comida y sin prisa, pero sin pausa, recogimos y de vuelta a la carretera.
La idea era tomar el café en Ribadesella. Y elegimos otro de los emblemáticos establecimientos de la localidad. Allí tuvimos tiempo de conocernos un poco más. Y comenzaron las despedidas. Algunos Marchaban para Posada y el resto de vuelta al centro. Eso si, con parada en Sevares para tomar la última cerveza en La Pérgola, uno de los habituales lugares de reunión de Astur Kustom Kulture. Juntos comentamos las peripecias del día, no sin cierto cachondeo hacia este narrador por su excursión al asfalto, que hasta eso resulto divertido en una jornada de abundantes kilómetros, buena compañía y sol. Mucho sol, ¡que ya era hora!
Después
de un rato, volvimos a la carretera, ya que no quedaba más remedio que volver a
casa. Últimos kilómetros en compañía hasta que poco a poco, nos fuimos
separando para dirigir nuestras monturas a su lugar de descanso, que también se
lo merecían tras casi 300 Km. de asfalto.
Mientras
saboreaba un Gin Tonic escuchando el LP “On the Night”, de los Dire
Streets, repase cada momento del día disfrutando de nuevo con el recuerdo de
otra inolvidable ruta, esta vez en compañía.
Dejo
otras imágenes que sirven también como agradecimiento a los fotógrafos, Javi y
Kenia, que me han permitido usar su trabajo para dar lustre al reportaje
9
de Marzo 2014. LLanes