20/5/16

1ª KDD FRONTERIZAS


He decidido escuchar más a menudo a mi voz interior. Esa que a pesar de lo que se vea y se note en el ambiente, un ambiente frío y húmedo aquella mañana, me anima a coger la moto. Y le hice caso. Llovía en Soto, mejor dicho, orvallaba. Y lo cierto es que las nubes negras no presagiaban nada bueno. Sin embargo, puse la mirada en el horizonte, aquel que separa Asturias de León, y no se porque, supe que tenía que salir en la moto. El destino era la 1ª KDD Fronterizas. Reunión convocada por dos espíritus alegres que además gustan de montar en moto. Alejandra Suárez y Anina Marbán se propusieron convocar a un número reducido de moteros para conocer algunas de las rutas que ofrece esta comunidad, cuya capital nace de un campamento romano. ¡Que buen gusto tuvieron los tíos!

Había quedado con otros tipos a los que el agua no les hace desistir y salí camino de Campomanes. ¡Seguía orvallando! Pero no cabe duda de que los dioses estaban con ellas, y en cuanto coronamos Pajares, la cosa cambio. El sol se abría paso por entre las nubes apartando la tristeza de un anunciado día gris para dejar paso a la sonrisa de una mañana luminosa. Una mañana que comenzaba con el desayuno a base de café y churros, o bizcocho, que en Las Cumbres habían preparado Anina y sus huestes. Mientras llegaban moteros de Cantabria, Asturias, Palencia, Donosti y los oriundos de la capital castellano leonesa, los comentarios se centraban en el cambio espectacular del tiempo. Ni una nube alrededor. Ni una mala cara en las anfitrionas. Alegres y dicharacheras, todo el equipo de Fronterizas parecía volar por entre los asistentes dando la bienvenida, ofreciendo su mejor sonrisa y un cariño desbordante que hace que se las quiera. ¿He dicho que son mis patitas? ¡Me pierde el cariño que las tengo! Pero es que además trabajaron duro para esta ocasión.

Y todo salio de una sobremesa entre amigos. ¡Pues la próxima en León! Y os llevamos a las Hoces…Pues vale, pues venga…y casi se les va de las manos. Comenzaron pensando en unos pocos, tal vez unos 10 o 12. No confiaban en que acudiera más gente, pero se llevaron una sorpresa y a Las Cumbres llegaron más de 50 motos dispuestas a disfrutar de un día que a la postre resultaría inmejorable.


La ruta, para quienes no conocíamos Las Hoces de Vegacervera, resulto interesante. Un buen ritmo en la rodada, y paso por distintos pueblos para conocer más de cerca esta joya que estando tan próxima me es tan desconocida. ¡Es lo que tiene vivir en el paraíso!

Y en Las Hoces paramos. Allí nos esperaban en El Pescador con una gran mesa en la terraza repleta de manjares que pronto volaron. Conocida es el ansia viva de quienes rodamos en moto, por los pesebres a mitad de ruta.


Pero lo mejor estaba por llegar. Mientras uno tras otro pisábamos con fuerza las carreteras de vuelta a León, en Las Cumbres, un maestro cortador de Jamón preparaba sin descanso varias decenas de platos para abrir boca antes de la comida. Y no podemos olvidar los quesos de Geli, Típicos León, todo ello para agasajar a quienes hasta allí nos acercamos. La verdad es que el tiempo volaba en buena compañía. Había un aire familiar en la reunión, casi todos nos conocíamos, y ello contribuyo a que los nuevos amigos pronto fueran asimilados como de toda la vida.



Siempre hay que agradecer la presencia de moteros de distinta índole, pero yo particularmente he de hacer mención a Soraya y Roberto, que nos dieron una lección de cariño y voluntad difícil de olvidar. Soraya es una de esas personas que te emocionan por su normalidad y te  hacen creer en que todo es posible. Es un autentico ejemplo de cómo encarar la vida a pesar de las dificultades que esta te ponga delante. Mi respeto y cariño para ambos.







Pero volviendo al tema que nos ocupa, la comida no pudo estar mejor, y no solo por el menú, sino por el ambiente festivo que en todo momento se respiraba en el comedor. Una brisa fresca, alejada de los, tan a  menudo  rancios encuentros moteros, podía interpretarse a poco que observaras la cara de los asistentes. Se comía con avidez, pero sin olvidar las bromas y chascarrillos propios de un estado de satisfacción. Y eso, se debe a la gran labor de estas emprendedoras primerizas. Y tras la comida, momento para los sorteos. Algunos negocios locales y otros más alejados, ofrecieron sendos paquetes de regalos que fueron acogidos con jubilo por los afortunados, especialmente, un juego de bolas chinas que tuvieron su guasa entre los comentarios de los comensales.




Viendo el final de la jornada, entre café y chupito, pocos ya que había que regresar a casa, comenzaron las despedidas. Lo que ocurre es que cuando se esta disfrutando de la compañía, es difícil ponerte en marcha. Pero fue inevitable. Los asturianos para Asturias, los palentinos a casa y el resto, con el descanso más cercano, optaron por quedarse un poco más en la terraza. De cualquier manera, y visto lo visto, es muy probable que vuelva pronto por allí. Hay muchas cosas que ver, y mucha gente que conocer.







Y ya en casa, recopilando datos para la elaboración de este reportaje, no conseguía quitarme la sonrisa de la cara. Tan bueno fue el día que iba recordando cada minuto del mismo mientras en el salón sonaba el frenético ritmo de Jerry Lee Louis, una elección afortunada para poner punto final a la jornada.
Y como no todo va aser leer, os dejo algunas fotos que resumen el gran día que pasamos en León.








 

Pd) No quiero terminar sin agradecer el gran trabajo de mis patitas. Y la atención al detalle que pusieron personalizando cada camiseta de las que se entregaron a los asistentes. Es un autentico placer viajar a lugares donde te recibe una sonrisa que no desaparece en ningún momento, a pesar de los nervios de una primera vez, y donde el cariño a la hora de organizar un evento, vuelve a estar presente. ¡Es sin duda cita obligada para el año que viene!



9/5/16

LES LLAMARON LOS VALIENTES



Les llamaron los valientes
juntos marcharon a rodar.
Caía lo que caía
más no cejaron en su afán.
Dicen que fueron cuarenta,
yo creo que fueron más
los que salieron un día
listos para disfrutar.
Tomaron caminos varios
y sin apenas pararse
fueron rodando a la noche
que esperando les recibe
Unidos por la aventura
y ante una tremenda cena
le dieron gusto a la lengua
hasta entrada la mañana.
Les llamaron los valientes.
Aquellos que se atrevieron
a sufrir la mojadura
rodando por todo el norte.
Cuentan las historias viejas,
pues ya tienen su leyenda,
que tan solo un caballero
logró acabar la jornada
en tiempo y forma correcta,
el resto quedo en intento
aunque no falto voluntad.
Les llamaron los valientes
y es justo que así lo sepan
quienes escuchen su historia
historia de fantasías,
pero sin cambiar los hechos,
de una aventura tremenda
que en los valles se murmura
y se loa en las tabernas.
Les llamaron los valientes
no fueron más de cincuenta.
Nombre tras nombre se canta
y la leyenda se aumenta.
Les llamaron los valientes
y repetirán su gesta